martes, 11 de septiembre de 2007

TRANSFUSIÓN CON SIDA - INSÓLITO

Se imagina ir a un hospital, ser intervenido (a), y en una transfusión de sangre quedar contagiado (a) con el VIH-Sida”. Nadie, estoy seguro, que nadie, quisiera vivir la odisea y el drama de Judith Rivera Díaz. La mujer de 44 años que confió en el sistema de salud de nuestro país y encontró el mortal virus.
La pesadilla para esta madre empezó en abril pasado. Judith cayó mal de salud, fue internada en el hospital Daniel Alcides Carrión. Ella pensaba que era una dolencia pasajera. Los médicos no. Luego de los exámenes de rigor concluyeron: operación urgente. No lo podía creer, mil cosas pasaron por su cabeza. Sin embargo, lo peor estaba por venir...Era necesaria una transfusión de sangre para controlar complicaciones. Hasta allí todo parecía estar en orden, pero jamás imaginó que recibiría sangre donada por una persona que se encontraba en el “periodo ventana”, en el cual el virus no se evidencia.
Pasaron los días. Llegó el momento de recoger algunos análisis. El mundo se le vino encima a Judith cuando una responsable del hospital le dijo con increíble frialdad e insensibilidad: “usted tiene sida, seguro le contagió su esposo...”. Fue el golpe más fuerte de su vida. Perdió el control, pensó en suicidarse, intentó arrojarse por la ventana. El personal de seguridad impidió un desenlace fatal.
Lejos de recibir apoyo, en el hospital Daniel Alcides Carrión, Judith sólo fue maltratada. Buscó un especialista, éste le recomendó la prueba de “western blot”…Para su infortunio, el resultado arrojó: seropositivo, en la fase uno.
Con la certeza de haber sido contagiada en dicho nosocomio, busco los medios para hacer público su caso. Llamó a RPP, entre sollozos, con el alma destrozada, contó su drama, clamó ayuda y exigió sanción para los culpables.
Las autoridades de Salud, que ya sabían del caso, decidieron intensificar las investigaciones para conocer si hubo negligencia médica o se trata del famoso “periodo de ventana”, en el cual el virus del VIH no se evidencia.
Mientras las indagaciones toman su tiempo, el caso de Judith ha develado, según el presidente de la Asociación Médica Peruana, Herbert Cuba, que hay negligencia en el gobierno. No tenemos un registro de donantes de sangre, y los equipos radioactivos para transfusión sanguínea son obsoletos.